AVELINO LÓPEZ OTERO, MÁRTIR REPUBLICANO
Claudio Rodríguez Fer
Avelino López Otero naceu en Acebedo, pobo entón pertencente a Meira e hoxe a Ribeira de Piquín, en 1903. Estudou Dereito, emigrou a Cuba e comezou a mostrar inquedanzas periodísticas e literarias dende moi novo. Nos anos vinte foi correspondente na Coruña do periódico vigués El Pueblo Gallego, pertencente ao político republicano Manuel Portela Valladares.
En 1925 aparece entre os membros da Loxia masónica Suevia nº 4 da Coruña, figurando nela como estudante e co nome simbólico de Celta 2º, pero en 1928 encóntrase xa formando parte da entón acabada de nacer Logia Lucus nº 5, afincada en Lugo. Ambas loxias formaron parte da Gran Logia Regional del Noroeste de España, a súa vez adscrita ao Gran Oriente Español.
Era irmán do avogado César López Otero, dirixente, na orde sucesiva en que se foron refundindo, da Organización Republicana Gallega Autónoma, da Federación Republicana Gallega e do Partido Republicano Gallego, que foi candidato a deputado por Lugo e gobernador civil da Coruña durante a II República. Con el traballou como secretario, nos anos trinta, ademais de selo tamén de José Calviño Domínguez, gobernador republicano de Lugo. Ambos irmáns xogaron un papel fundamental na constitución do Concello de Ribeira de Piquín, que, tras varios anos de xestións, se materializou o 5 de marzo de 1935.
Ademais, Avelino López Otero foi designado membro da comisión de técnicos encargada de redactar o anteproxecto de estatuto autonómico na Asemblea convocada polo concello compostelán o 3 de xullo de 1932. Este foi o texto que, discutido e aprobado o 17, 18 e 19 de decembro seguinte, se converteu na versión definitiva do estatuto que sería plebiscitado con éxito o 28 de xuño de 1936.
Despois de ter sido cualificado membro da Organización Republicana Gallega Autónoma e da Federación Republicana Gallega, Avelino López Otero exerceu como secretario xeral do Partido Republicano Gallego entre 1933 e 1934, ano no que dita formación se integrou en Izquierda Republicana.
En 1930 dirixiu o semanario republicano lugués ¡Ahora!, ao que se cambiou o título polo de Guión para non coincidir coa cabeceira madrileña do mesmo nome. En ¡Ahora! e Guión converxeron importantes políticos republicanos de Lugo (César López Otero, Rafael de Vega Barrera, Francisco Lamas) e numerosos intelectuais e literatos de toda Galicia (Ramón Villar Ponte, Ramón Otero Pedrayo, Luís Pimentel, Ánxel Fole, Ricardo Carballo Calero, José María Castroviejo ou Aníbal Otero, este último curmán dos irmáns López Otero).
A actividade literaria de Avelino López Otero tivo moitas veces carácter netamente político, como evidencia a súa sección satírica en castelán “Co–plillas”, que saía na portada das revistas ¡Ahora! e Guión, asinada co pseudónimo “Yo de Aquí”. Non obstante, tamén escribiu poesía intimista en castelán co pseudónimo de Abel de Acebedo.
En galego, foi autor de varios poemas asinados como Abel de Acebedo. Entre eles poden mencionarse o soneto “Responso a Valle-Inclán”, publicado no nº 401 de A Nosa Terra o 31 de xaneiro de 1936, e o sonetiño “Muiñada”, aparecido no xa tan citado nº 10 de Resol do mesmo ano. Mais de medio século despois da súa morte, puiden exhumar o seu emocionante soneto “Miño lugués” no libro A literatura galega durante a guerra civil (1994), grazas a que o seu sobriño-neto, o escritor Miguel Anxo Murado, me facilitou o manuscrito orixinal gardado durante décadas pola familia.
Avelino López Otero foi detido, encarcerado e torturado a raíz do levantamento de 1936, morrendo neste mesmo ano a consecuencia dos malos tratos e das terribles impresións causadas pola represión fascista, no Hospital Provincial de Lugo, onde foi internado en calidade de preso. O seu amigo Ánxel Fole adoitaba lamentar o seu triste destino en conversa privada, grazas ao cal souben xa na miña adolescencia da vida e da morte deste mártir republicano.
O avogado lucense, sobriño de Avelino López Otero, Julio Ares López, nacido en 1919 e falecido en 2014, deixou un impresionante testemuño dos seus últimos días nunha carta escrita en plena guerra civil, na que puxo en evidencia o ambiente reinante en Lugo durante os primeiros meses da contenda. Grazas de novo ao devandito Miguel Anxo Murado, faise agora pública, por primeira vez máis de oitenta anos despois de escrita, polo seu gran interese intrahistórico e humano.
Sr. D. Francisco Prados López
Plaza de los Fueros, 64. ESTELLA.
Querido amigo: El día 25 de Septiembre murió en el Hospital de Santa María mi tío Avelino. Fue detenido al día siguiente de haberse sublevado el Regimiento, eran las tres y media de la mañana, lo llevaron para el cuartel de San Fernando en donde ya estaban otros detenidos –Ouro (Diputado), Peña Novo (secretario Ayuntamiento), Lamas (Alcalde), etc.- al poco rato llegaron fuerzas de Ferrol cuyos jefes unidos a otros de esta localidad sacaron las pistolas y quisieron obligar al Coronel del Regimiento y Comandante militar de la Plaza Sr. Caso a que firmase la pena de muerte de los detenidos para lo cual ya estaba formado el piquete que creo mandaba el Sr. Lamela. Se armó un alboroto terrible del que resultó el NO fusilamiento de los detenidos y la dimisión del Coronel debido a “enfermedad” (Al Coronel lo detuvieron y se dice que más tarde salió para Burgos, llegándose a decir que fue a parar a Cádiz, pero en concreto no se sabe nada de él, no faltando quien diga que lo mataron).
Relato de una parte de lo sucedido a mi tío según uno de los obreros detenidos que estaban en el calabozo (mi Tío y los otros estaban al lado del Cuarto de Banderas por eso pudieron oír el lío que allí se armó): “Estando nosotros en el calabozo oímos una gran discusión y a los pocos momentos venir corriendo por el pasillo a un joven que todo descompuesto, con los ojos que parecían salírsele de sus órbitas y que penetra en donde estamos cogiendo una manta con la que se envuelve metiéndose debajo de un camastro en que yo estaba sentado. Detrás de él venia un soldado con el fusil en la mano y lo sacó de debajo de la cama”.
Al día siguiente de la detención les detenidos son trasladados a la Cárcel en donde están incomunicados quince días aproximadamente. Pasados estos días se permite ir a visitarlos siempre y cuando se lleve un permiso especial del Gobernador. La Cárcel está llena de detenidos, en la celda 14 que es en dende estaba Avelino había 36 recluidos, de ella casi todas las noches sacaban algún preso que más tarde aparecía en les alrededores…. Los fusilamientos por penas impuestas en Consejos de Guerra empezaron algunos días después ejecutándose las sentencias al lado del nuevo cuartel de la Guardia Civil viéndose todo desde las ventanas de la Cárcel.
Después de todo lo relatado mi tío Avelino que era una persona muy impresionable tuvo un terrible vómito de sangre que horas más tarde se reprodujo. Movimos todos los resortes posibles para que nos permitiesen traerle a casa, pero del humanitarismo de las Autoridades solo conseguimos un traslado para el Hospital. En el Hospital lo colocan en el pabellón de Dementes, uno de los últimos, el peor acondicionado, porque era el único que estaba vigilado. Debido a las escaleras que había que bajar la camilla en que lo transportaban se balanceó mucho y como consecuencia el tercer vómito, mayor que les anteriores. El primer día en el Hospital solo nos fue permitido ir a verlo en las horas corrientes de visita, o sea de 2 a 4½ de la tarde, pero por favor especial del Director nos fue permitido quedarnos hasta las 9 de la noche, hora en que regresamos a casa; cenamos y cuando nos estábamos acostando uno de los guardias que vigilaban el pabellón llega a decirnos que debido a otro vómito estaba en la agonía, van al Hospital mi madre y mi Tía quienes pasan allí la noche, mientras que Avelino a pesar de que el Médico de guardia había dicho que solo viviría algunos momentos, parecía que revivía. Pasaren cuatro días al término de los cuales los médicos vaticinaron que estaba fuera de peligro, pues la lesión del pulmón había cerrado –los dos primeros días se puede decir que vivió artificialmente a fuerza de inyecciones–. Al quinto día le empieza una fiebre, reacción natural, que más tarde fue quién le mató; los Médicos decían que la fiebre no tenía importancia por el momento, pero que si se prolongaba, el enfermo no podría alimentarse lo necesario para reparar la sangre perdida y desgaste que esta causaba. El sexto día le bajó algo la fiebre y ya se esperaba una pronta convalecencia, pero el séptimo aumentó, hasta que llegó el fin, o sea en el octavo día, en el que la fiebre llegó a su período álgido y Avelino dejó este valle de lágrimas. Los cuatro días que tuvo de fiebre los pasó delirando, debido a la debilidad producida por la pérdida de sangre (cerca de cinco litros), pudiendo verse por las frases que decía todo lo que su organismo había padecido. Entre otras cosas decía: “Peña Novo, siéntate en mi cama, háblame, pero no me la inclines”; “Pero ¿Por qué no nos matan de una vez?”; “Estoy descifrando varios problemas muy importantísimos sobre la vida y la muerte”; “Julio, ¿Te acuerdas de cuando tenías la vida pendiente de un hilo? (A pesar del delirio conocía a toda la familia y amigos); “¿En donde estamos?”, “¿Por qué cometen este crimen conmigo?”, “El mal ya está hecho, ahora no tengo solución”, etc. etc.
La última noche, por mala suerte, nos correspondió velarlo a mi Abuela y a mí. A las tres de la mañana murió después de una rápida y dulcísima agonía, en ella no recobró el sentido.
Y ahora viene la grande, lo que parece imposible, la increíble, lo abominable… A les pocos momentos de morir nos dicen los guardias que nos vayamos para casa, que preparemos todo para vestirlo y enterrarlo, etc. y que mientras ellos llevarán el cadáver para el pabellón correspondiente. Al ser día van para el Hospital mi Madre y mi Tía con todo lo necesario para vestirlo y al allí les niegan la entrada, no les admiten la ropa, ni la caja y nos dicen que tienen orden de no permitir verlo, ni hacerle entierro público, ni publicar la noticia en los periódicos, ni la hora de la conducción del cadáver al Cementerio. Menos mal que conseguimos averiguar el lugar en donde lo enterraron. El entierro no nos permitieron hacerlo por temor a una manifestación, ¿Quién iba a ir, si todos sus amigos estaban en la Cárcel?, ¡Creo que muestra mayor de inhumanidad no se puede dar!
Según el informe de los Médicos murió porque a causa de una pulmonía curte tuvo de pequeño, una parte del pulmón izquierdo era algo débil y no pudo resistir la gran presión arterial producida por las impresiones que sufrió en sus últimos días.
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Supongo que ya estarás enterado de la muerte del Comandante Manso en el frente de Guadarrama en los primeros días de la sublevación. También murieron, entre otros, Cedrón del Valle y un hermano de Río Barja que era Capitán. En Asturias caen como moscas, no pasa día en el que no sea enterrado algún oficial (En Galicia). Algunos soldados se hieren a propósito para que los manden al Hospital. Por aquí los aviones pasan algunas veces pero por lo de ahora (Dia 1-10) no nos han bombardeado. En Ferrol es raro el día en que no hay un bombardeo, está allí de Delegado gubernativo Suances que es un bruto, el primer día que fueron los aviones, porque algunos los aplaudieron, fueron fusilados; otra vez en una arenga a los marinos, uno de estos, según decían otros dos, en vez de extender la mano, levantó el puño, por cuya causa fue fusilado algunas horas después sin haber comparecido ante ningún tribunal. En Orense a algunas mujeres del Frente Popular que se destacaron por su extremismo, fueron peladas al cero. Por toda Galicia todos los días están apareciendo cadáveres de individuos sin identificar. En Coruña se fusiló a todas las personas que tenían o tuvieron algún cargo en el Frente Popular. En las costas gallegas los marineros de los pesqueros escasean… A los pocos que logran escaparse a Portugal, el Gobierno de este país los entrega a las autoridades españolas.