Suárez Picallo, durante as distintas etapas da súa vida e ao longo e ancho das múltiples latitudes polas que se desenvolveu, destacou, ante todo, como orador, pola súa facilidade de palabra, a emoción impresa no discurso, a potencia e a profundidade da súa voz…
Nesta galería ofrecemos unha serie de fotografías nas que se presenta ao Suárez Picallo orador, en mitins, conferencias, actos públicos, etc. Acompañamos as imaxes cunha serie de textos de diferentes autores nos que se retrata esta faceta súa, na que, sen dúbida, foi máis xenial.
E para mostra da súa oratoria brillante e concisa, a trascripción deste discurso pronunciado nun mitin ante milleiros de labregos en As Cabanas en xullo do 1933, como protesta contra o tratado que o Estado español pretendía asinar co uruguaio para a importación de carnes conxeladas, o que perxudicaría gravemente aos gandeiros galegos:
¿A qué venían antes los campesinos a la ciudad? A pagar contribuciones y tributos, a oír la befa y a dejar en ella el fruto de su esfuerzo.
¿A qué venís hoy? A proclamar vuestra rebeldía, a manera de aviso, anunciando otra posible venida, con la hoz en la mano, dispuestos a la Gran Siega. No estáis a gusto en ella, porque aún hay quien no quiere que se escuche vuestra voz. Si no quieren escucharla con afecto, la escucharán con miedo. Porque vosotros sois la fuerza que impulsa el futuro de Galicia. Vuestra presencia aquí, venidos de todos los rincones del agro esclavo, es una gran esperanza. Ahora, como cuando yo era niño, vais movidos por el secreto confiado al surco abierto:
?Terra chan, terra chan que vou arando
Gárdame ben este secreto nos teus sulcos: ¡teño fame!?
El motivo de vuestra protesta es ese: Hacer público el secreto de vuestra hambre, recatada hasta hoy, que eso es vuestra suerte de mañana, si ese Tratado hispano-uruguayo se aprueba, si vosotros y nosotros no lo impedimos, poniendo en el empeño toda la fuerza de vuestra unión, que será para nosotros el gran estímulo: estímulo que nos obliga a jugarnos enteros. Y si a pesar de eso perdemos, volveremos aquí a deciros: Nada tenemos que hacer allá: a ellos no les interesa Galicia y a nosotros dejarán de interesarnos ellos y su tópico de los ?intereses? de los privilegiados contrarios a vuestros intereses de trabajadores, en cuyas manos la Tierra es un instrumento de trabajo y de esclavitud. Un solo camino os quedará: negarle al Estado gendarme y explotador lo que le dais hoy: vuestros tributos.
Por ese camino iremos nosotros delante, porque sabemos que nos sigue un pueblo renacido que se encuentra a si mismo; que se encuentra donde se encuentran los pueblos dignos, en la noble batalla por la libertad.
Porque nosotros presentimos que el acto de hoy inicia una página nueva en la historia del campesinado gallego, al que, por considerarlos rebaño de lamas rendidas, jamás se le escuchó.
Hoy contra este Tratado, que es el despojo de vuestro pan y el asesinato de vuestras esperanzas, en una economía nueva sobre la base de la ganadería que a pesar del abandono del Estado ?preocupado de correr donde gritan más- era el único renglón para el cual entraban unas pesetas en vuestro hogar.
Esperamos que el Tratado no se apruebe; pero si se aprueba quedáis desde ahora convocados para definiros entre estos dos caminos: revolcaros en vuestra hambre, pudriéndoos indignamente, o quemándoos en la lucha noble por conquistar con la fuerza aquello que no pudo conquistar la razón sola.