TRAXEDIA NA RÍA. 23 FALECIDOS AO NAUGRAFAR UNHA LANCHA A REMOS (I)

José Manuel Borrazás Babío
Desgraciadamente se confirma la sensible desgracia
de que se viene hablando hace dos días.
Ayer se recibieron noticias oficiales del siniestro
que parece ocurrió del modo siguiente:

Dos botes salieron de Ares en dirección a Sada,
travesía peligrosísima como saben nuestros
lectores. Al pretender uno de ellos dar la
primera virada, hubo de faltarle esta, zozobrando
el bote, al cual no pudo prestar auxilio,
aunque lo intentó, la otra embarcación que
a toda prisa arribó a Redes.

El bote zozobrado conducía además de los
cuatro marineros que lo tripulaban, un carabinero
con su esposa y diez y siete marineros de
guerra, la mayor parte pertenecientes a la dotación
de la Villa de Bilbao, a los cuales se
había concedido licencia para pasar con sus
familias los días de Carnaval.

Ni uno solo pudo salvarse y la mar no había
devuelto aún de su presa, hasta ayer, más que
dos cadáveres.

¡Veinte y tres víctimas más!

Sumando este número con las del Puerto del
Son, con el marinero del Adolfo, y los tres que
perecieron en la bahía de Vigo,
da un total de 55 víctimas
en nuestras costas, durante
los últimos días.

Naufraxio do que dá así conta o xornal diario El Correo Gallego de Ferrol do día 25 de febreiro do ano 1879; hai agora 140 anos daquel sinistro marítimo.

Debemos con todo deixar constancia de que a primeira noticia sobre tal naufraxio aparece recollida o luns día 24 de febreiro, aínda que con moi escasos datos, na sección Noticias Xerais do diario La Época de Madrid deste xeito:

A consecuencia de los últimos
temporales, ha naufragado en
la costa de La Coruña una barca,
pereciendo ahogados veintitrés hombres
que la tripulaban.

En la de Almería han embarrancado cuatro
buques extranjeros, salvándose la tripulación.

Sen ningunha dúbida estamos ante o mesmo naufraxio en ambos os diarios. 

Durante varios meses tanto a prensa rexional como a nacional fixéronse eco daquel naufraxio. A través dos xornais que foi posible localizar, imos detallar a continuación as noticias que foron aparecendo, destacando que en varios deles tamén se recollen outros desastres ocorridos nestes mares naquel inverno de hai 140 anos.

Tamén o mesmo día 25 de febreiro de 1879 o diario El Imparcial de Madrid na súa sección de noticias destaca:

En las aguas del Ferrol ocurrió anteayer una
nueva terrible desgracia con motivo del temporal
reinante. Veintitrés marineros, en su
mayor parte procedentes de la armada, se dirigían
en una lancha a pasar las fiestas de Carnaval
en sus respectivos pueblos, y entre Ares
y Sada una racha de viento volcó la barca y un
golpe de mar la hizo desaparecer.

Todos aquellos infelices estuvieron luchando con
las embravecidas olas, hasta que agotadas sus
fuerzas les fue imposible resistir y perecieron.

Así mesmo o día 25 tamén o diario La Iberia de Madrid na súa sección de noticias faise eco de que:

El temporal que está reinando desde algunos
días va a dejar huellas terribles. Hoy se tienen
nuevos despachos, en virtud de los cuales se
sabe que una barca que salió anteayer de Ferrol
con 23 hombres, ha zozobrado entre los
pueblos de Ares y Sada, pereciendo todos los
tripulantes.

También se sabe que han embarrancado en las
playas de Almería cuatro barcos extranjeros,
uno noruego y tres ingleses, si bien se han
salvado todas las tripulaciones.


E por último, tamén o día 25 de febreiro o diario El Pueblo Español editado en Madrid na portada na súa sección de noticias recolle así o naufraxio:

Ayer una racha de viento hizo zozobrar entre
Ares y Sada (Coruña) una lancha con 23 marineros,
la mayor parte procedentes de la armada
que iban a pasar el carnaval con sus familias.

Xa o día 26 de febreiro empezan a publicarse datos persoais sobre as persoas falecidas, e tamén da outra lancha que se salvou do naufraxio; o diario Gaceta de Galicia de Santiago de Compostela destaca en portada:

NUEVO NAUFRAGIO. Todavía reciente la
catástrofe del Puerto del Son, y hondamente
conmovidos aún los ánimos a causa de ella, he
aquí que acaba de ocurrir otra no menos terrible.

¡Veintidós hombres han sucumbido ahogados
en la ría de Sada!

He aquí el extracto de la comunicación que de
aquel ayuntamiento pasaron al Sr. Gobernador
de la provincia.

“A las 6 de la tarde del Sábado salieron de
Ares para Sada dos botes cargados de marineros
de la armada con licencia para pasar los
carnavales con sus familias. Una ráfaga de
viento huracanado envolvió en la canal al bote
que mandaba Andrés Boureiro del puerto de
Sada, pereciendo el patrón y 22 personas.

Salvose milagrosamente el otro mandado por
Juan Conchado, que arribó a Puentedeume.

El patrón deja una viuda y cinco huérfanos en
la situación más precaria y el cuñado de él
llamado Darío Fernández Rocha una viuda en
cinta y tres huérfanos.

Desde luego esperamos y pedimos que en la
suscripción abierta para los del puerto del Son
sean incluidos los de Sada.”

O mesmo día 26 tamén o diario La Correspondencia de España editado en Madrid recolle o mesmo naufraxio do modo seguinte:

Un despacho telegráfico de La Coruña recibido
esta tarde confirma las noticias del desastre
marítimo ocurrido en Ares. Dice así:

“Una ráfaga de viento huracanado que sopló
en la tarde del día 22 ha envuelto una lancha
en el puerto de Ares que conducía 21 marineros
del servicio de la armada, los cuales venían
con licencia para ver a sus familias.

Se cree que han muerto los 21 con el patrón
en medio de la tempestad……”

Así mesmo o diario La Iberia de Madrid tamén do mesmo día 26 fai mención ao desastre marítimo en termos parecidos:

Un despacho telegráfico de La Coruña recibido
ayer tarde confirma las noticias del desastre
marítimo ocurrido en Ares. Dice así:

“Una ráfaga de viento huracanado que sopló
en la tarde del día 22 ha envuelto una lancha
en el puerto de Ares que conducía 21 marineros
del servicio de la armada, los cuales venían
con licencia para ver a sus familias.

Se cree que han muerto los 21 con el patrón
en medio de la tempestad.”

También se ha recibido del mismo punto el
siguiente telegrama:

“CORUÑA, 25, 11,30 m.- Al amanecer de hoy
y en la entrada del puerto entre Peña de Animas
y la costa, embarrancó el vapor inglés
Menphis, línea del Missisipi, procedente de
Liverpool, de donde salió el día 22. No ha ha
bido hasta ahora desgracia personal que lamentar.
Se han prestado auxilios al buque, y
se han adoptado medidas para su salvamento.”

De momento non hai mais datos novos sobre as persoas falecidas que os que aparecen no día de hoxe no diario Gaceta de Galicia. Xa o día 27 de febreiro o xornal diario La Época de Madrid faise tamén eco dun despacho desde A Coruña da mesma traxedia recollendo na Sección Noticias Xerais a nova seguinte:

Se confirma el desastre marítimo ocurrido en
Ares, del cual hemos dado ya cuenta a nuestros
lectores.

Un despacho de La Coruña recibido ayer tarde,
dice a este propósito lo siguiente: “Una
ráfaga de viento huracanado que sopló en la
tarde del día 22 ha envuelto una lancha en el
puerto de Ares que conducía 21 marineros del
servicio de la armada, los cuales venían con
licencia para ver a sus familias.

Se cree que han muerto los 21 con el patrón
en medio de la tempestad.

Completa a noticia os datos xa reflectidos sobre o embarrancamento do vapor inglés Menphis. O xa citado El Correo Gallego editado en Ferrol tamén o mesmo día 27 presta unha atención especial aos naufraxios no mar; así na súa portada, dentro da sección Nuestra Opinión recolle:

Las recientes desgracias del puerto del Son y
de Sada, han arrancado un quejido de dolor a
toda Galicia, como la catástrofe del Cantábrico
lo arrancó a toda España. En ambos casos, la
caridad se apresuró a extender en mano benéfica
para socorrer a los infelices a quienes la mar
arrebataba su apoyo y su sostén. Las suscripciones
iniciadas con tan tristes motivos, ascienden
a una suma considerable. Tal resultado nos
enorgullece por haber nacido en la tierra clásica
de la hidalguía y de la caridad; pero sí bajo
ese punto de vista, si para el presente, nos satisface,
no nos contenta para el porvenir.

Mejor que acudir a remediar las desgracias
cuando están ocurren, es anticipar el auxilio,
proveerlas y tratar de evitarlas. ¿Cabe hacer
esto último respecto a los siniestros marítimos
que tanto deploramos? Creemos que sí,
en lo que á lanchas pescadoras y botes de pasaje
se refiere.

A raíz de la galerna que sembró de cadáveres
las playas de Vizcaya y Santander, diose un
poderoso impulso a las noticias meteorológicas
y los telegramas y avisos de los observatorios
astronómicos, aumentaron notablemente
en su circulación. Las medidas tomadas en tal
sentido, dignas son de aplauso, pero no bastan,
ni con mucho, a remediar el mal, pues que
si alcanzan a robar al mar algunas víctimas,
dejan al hambre y a la miseria cebarse en ellas,
y la muerte logra, aunque diferente camino, el
mismo fin, tal vez.

Cuando amenazan los temporales con su furor,
prohíben -o deben prohibir- las autoridades
de Marina, que se hagan a la mar las embarcaciones;
¿y qué suerte se reserva a los que
no tienen más capital que su pequeña industria
ni más ahorro que lo que por la noche
resulta de su trabajo del día?

Bien cerca de nosotros, podemos hallar una
contestación a esta pregunta. A consecuencia
del terrible estado de la mar y de la crudeza
del tiempo, hace muchos días que no pueden
salir a la mar las lanchas y faluchos de pesca,
que a esta industria se consagran en los pueblecillos
de la bahía; y espanta examinar la
extrema situación a que hoy se ven reducidas
todas las familias cuyo sustento depende de
los infelices pescadores; la más horrible miseria
los consume, y muchos piensan, tal vez,
que es preferible correr tras una muerte rápida
en los abismos del mar, a esperarla, cobardemente
en el frio hogar , donde se oyen de
continuo los lamentos de los hijos a quienes el
hambre consume.

Pues bien: no nos contentamos con remediar
el mal, una vez ocurrido; evitémosle, pero no
de una manera ineficaz, de un modo estéril en
los resultados. Evitemos el mal por completo.

¿De qué modo?

Prohibiendo terminantemente la salida a la
mar de esas pequeñas embarcaciones, cuando
haya peligro para ellas; y ya que se prohíba a
los infelices marineros exponer su vida por
ganar el pan de sus hijos, al hacer la prohibición
démosles ese pan.

Todo se reduce a crear en las Comandancias de
Marina un fondo de socorros, para esos casos.
Este fondo puede crearse por diversos medios.
Expondremos el que -a nuestro modo de versería
de inmediatos y positivos resultados.

Los pescadores pueden fácilmente constituirse
en gremio, debiendo solo percibir socorro lo
que á el pertenecieran; y cada uno cedería en
beneficio de la Asociación una pequeña cantidad
semanal o mensual. Además, podría engrosar
esos fondos una suscripción voluntaria
en los puertos de mar, a la cual contribuirían
indudablemente las casas navieras y todas
aquellas personas interesadas en el comercio
de cabotaje, en la exportación de pescados y el
pequeño comercio de bahías.

Al propio tiempo, debería crearse un pequeño
impuesto sobre el pescado, que desaparecería
de las tarifas de consumo, destinándose su
importe al fondo que indicamos. Y de permanecer
en esas tarifas, el gobierno debiera ordenar
que lo recaudado por tal concepto se entregara
integro a la Comandancia de Marina.

(Nuestros lectores comprenderán que aun
cuando en un artículo reciente nos hayamos
opuesto a la exacción de esa partida de la tarifa
de consumos, el objeto á que hoy queremos
dedicar ese pequeño impuesto, nos salva de la
acusación de inconsecuencia que pudiera caer
sobre nosotros. No queremos que el gobierno,
manteniendo esa partida, contribuya a encarecer
el pescado en los puertos de mar: si subsiste
el impuesto, aplíquese el fondo de socorros
a los pescadores; si no subsiste, si desaparece,
créese un pequeño arbitrio con tal fin, pues
destinado su producto a los pobres, éstos, lejos
de salir perjudicados, saldrían gananciosos
con tal favorable exacción).

Tendemos pues a hacer imposibles las desgracias,
a evitar que aguijoneados por la necesidad,
olviden los infelices pescadores el peligro
de las olas, para acordarse solo de que en su
pobre choza hay hambre y de que es preciso
ganar el pedazo de pan que ha de vencerla.

No prostituyamos nuestra caridad, haciéndola
brotar, tan solo, ante la lívida faz de un cadáver
y al triste rumor del llanto de la viuda y de los
huérfanos. Tratemos, por cuantos medios estén
a nuestro alcance, de que la catástrofe no llegue;
pero no condenemos a un mal mayor, a aquel a
quien queramos separar de un peligro.

Todo lo demás, será muy grande, será muy
noble, será muy digno de general aplauso –
aplauso que nosotros no seremos nunca los
últimos en conceder- pero no estará de acuerdo
con los fines que está obligada a conseguir
una sociedad que se precia de haber llegado a
mayor altura que las sociedades que la han
precedido; una generación que batalla por la
justicia y busca su ideal en la integra consolidación
de los derechos del hombre.

Tamén na sección Noticias Locales aparecen datos xa coñecidos dos falecidos:

El patrón de la lancha que se perdió de Ares á
Sada, se llamaba Andrés Guillén Bentureira,
era de Sada y deja viuda y cinco huérfanos; en
la lancha iba también un cuñado del patrón,
llamado Darío Fernández Rocha, que deja a
viuda en cinta y tres huérfanos.

Unimos nuestra voz a la de nuestros colegas
regionales y rogamos a la Junta Provincial
que haga extensivos a estos infelices los socorros
que puedan darse con las cantidades recaudadas
para los náufragos del Son.

O día 1 de marzo de 1879 o xa citado xornal diario La Correspondencia de España de Madrid na súa sección Correspondencia de España volve facer referencia aos dous botes:

De dos botes que salieron el día 22 de Ares conduciendo
marineros de la armada, uno se vio
envuelto en la canal, según parece, por una ráfaga
de viento huracanado que le hizo zozobrar,
pereciendo el patrón Andrés Guillén Bentureira
y 22 personas más. El otro bote ha podido salvarse
arribando a Pontedeume.

Xa o día 3 de marzo tamén o diario La Gaceta de Galicia de Santiago de Compostela volve recoller os datos dalgúns dos falecidos:

Copiamos de “El Telegrama” con cuyo pensamiento
estamos conformes:

“El patrón de la lancha que se perdió de Ares
á Sada y de cuya desgracia dimos oportunamente
cuenta a nuestros lectores, se llamaba
Andrés Guillén Bentureira, era de Sada y deja
viuda y cinco huérfanos; en la lancha iba también
un cuñado de dicho patrón llamado Darío
Fernández Rocha que deja a viuda en cinta y
tres huérfanos.

Desearíamos vivamente que la Junta provincial
hiciese extensivos a las familias de los
citados náufragos los socorros que puedan
darse con lo que se ha recaudado para los náufragos
del Son.

Por más que nos consta que hay diputados
que se oponen a hacer esta tan conveniente
obra de caridad.”

Tamén deixar constancia como a revista decenal La Ilustración Gallega y Asturiana editada en Madrid no día 10 de marzo recolle nas súas noticias sobre Galicia o lido no diario El Correo Gallego de Ferrol:

Desgraciadamente se confirma la sensible desgracia
de que se viene hablando hace dos días.
Ayer se recibieron noticias oficiales del siniestro,
que parece ocurrió del modo siguiente:

Dos botes salieron de Ares el día 22 en dirección
a Sada, travesía peligrosísima, como saben
nuestros lectores. Al pretender uno de
ellos dar la primera virada, hubo de faltarle
ésta, zozobrando el bote, que mandaba Andrés
Bouteiro, del puerto de Sada, al cual no pudo
prestar auxilio, aunque lo intentó, la otra embarcación
que a toda prisa arribó a Redes.
El bote zozobrado conducía además de los
cuatro marineros que lo tripulaban, un carabinero
con su esposa y 17 marineros de guerra,
la mayor parte pertenecientes a la dotación de
la Villa de Bilbao, a los cuales se había conce-
dido licencia para pasar con sus familias los
días de Carnaval.

Ni uno solo pudo salvarse, y la mar no había
devuelto aún de su presa, hasta ayer, más que
dos cadáveres. El patrón deja una viuda y cinco
hijos en la situación más precaria, y su cuñado
Darío Fernández Rocha una viuda en
cinta y tres huérfanos.

¡Veintitrés víctimas más!

Sumando este número con las del Puerto del
Son, con el marinero del Adolfo, y los tres que
perecieron en la bahía de Vigo, da un total de
55 víctimas en nuestras costas durante los
últimos días.”

As noticias sobre o naufraxio, transcorridas xa máis de dúas semanas, van desaparecendo da prensa escrita fundamentalmente por non coñecerse novos datos sobre o sinistro. Podemos citar, para finalizar, o diario La Gaceta de Galicia de Santiago de Compostela xa do día 28 de marzo que recolle unha pequena referencia:

Copiamos de “El Eco de la Ría de Arosa” cuyo
2º número con sumo placer hemos recibido:

“Por un olvido involuntario, no hemos incluido
entre las viudas y huérfanos de las victimas
del Son y Ares, la viuda del marinero Juan F.
Miguens, tripulante del Bergantín Goleta
“Nemesia” que naufragó en las piedras del
Couso (Corrubedo) el nueve de febrero último,
efecto del mismo temporal que ocasionó
las desgracias del puerto del Son……….).”

Só nos queda reflectir da prensa escrita da época as escasas noticias existentes sobre a aparición dos restos dos cadáveres e de diversos obxectos dos náufragos. Así o día 4 de maio de 1879 o xornal diario El Correo Gallego de Ferrol recolle a noticia de que:

El juzgado de primera instancia de Betanzos
anuncia el hallazgo de un cadáver en las aguas
de Gabeira de Marcote, distrito de Sada, de
los que se ahogaron en la noche del 22 de Febrero
último. En las ropas del cadáver se encontró
un pañuelo de hilo marcado J. P., y
otro marcado con tinta J. Pan.

Tamén o mesmo diario no seu número do día 17 de maio na súa sección Noticias Locales dá conta de:

Para remitir al Juzgado de Betanzos han sido
recibidos en la Alcaldía los efectos pertenecientes
a los náufragos que fueron hallados en aguas
de Lourido, y playa de Armenteiro, los días 7 y
18 de marzo último.

Arriba: cabeceiras dos xornais que se mencionan. Imaxes anteriores: mapas históricos do Golfo Ártabro Materiais achegados polo autor
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