Creo que hoy será el día de mi muerte.
La capa negra y la guadaña,
se asoman en el horizonte.
Las Parcas cortarán el hilo
que unen sutil vida y misterio.
Creo que hoy será ese día
cuando escribo este poema final.
Pero no saldré huyendo
del temido mandinga
en sus entierros y candelillas
de los pactos infernales en Corral Quemado.
No me ahuyentará su afanoso rastro de azufre
durante las invocaciones del nigromante,
no rehuiré la imagen diabólica del Codex Gigas,
tenebrosa demonología de aquelarres.
Al contrario, me quedaré combatiente a esperarla.
No cerraré la puerta
ni pediré consejo
en la víspera lóbrega
de la fiesta de los gusanos.
No voy a hundirme en la tierra
ni me dejaré vestir la pálida mortaja.
Por todos los vivos que me ha robado,
me quedaré aquí para desollar a la muerte,
le sacaré los ojos y dejaré sus vísceras colgando.
Romperé cada uno de sus malditos huesos
hasta molerlos como tiza lanzada con rabia al viento.
La Muerte, la Muerte anda por estos lados,
ya la he visto.
FATUM PARCAE
Theodoro Elssaca
Ofrenda floral a Suárez Picallo o 14 de outubro de 2016. Lendo, Theo Elssaca (páx. ant.) e José Devesa (arriba). Fotografías de Estevo Rodríguez