Hernán M. Díaz
Suárez Picallo (terceiro pola dereita, en pe) cos seus compañeiros de Céltiga e o escritor Manuel Linares Rivas, sentado no centro. Céltiga, 10/04/1926.
Amigos de Areal:
Soy un investigador enamorado de las listas de nombres. Algunos colegas se burlan de esa tendencia que me lleva inevitablemente a leer cuanta lista se presenta ante mis ojos en los papeles antiguos, para ver si por casualidad aparece alguno de aquellos que conozco y me da una pista sobre su pasado o su futuro.
Y esa ansiedad, que en el fondo esconde la sospecha de que antes de internet los personajes públicos eran pocos, me hizo encontrar a un tal Ramón Suárez en una lista de suscripciones de noviembre de 1913. Obviamente, pensé de inmediato que se trataba de Ramón Suárez Picallo, pero ¿podía ser de Suárez Picallo una referencia tan temprana? Es un registro simple, apenas un nombre y un apellido (nada exóticos, por cierto, y entonces capaz de hacernos pecar por homonimia), pero si se tratara del futuro diputado nacionalista gallego significaría ya un claro aporte al esclarecimiento de su azarosa vida. ¿Se tratará de Suárez Picallo?
Vamos por partes. Encontramos su nombre en el periódico Palabra Socialista, que aparece solamente entre 1912 y 1914, y es el órgano en que se expresan los disidentes internos del Partido Socialista de la Argentina, aquellos que van a desembocar en 1916 en la revista Adelante, la revista juvenil donde Ramón Suárez (recordemos que hasta 1925 usa un solo apellido) escribe su primer texto. Ese mismo grupo de marxistas y socialistas de izquierda serán expulsados del partido en 1917 y en enero de 1918 fundarán el Partido Socialista Internacional (desde 1920, Partido Comunista), donde Ramón Suárez será un dirigente destacado hasta 1922.
Quienes dirigen el periódico Palabra Socialista son los mismos que Ramón Suárez acompañará en los años siguientes: Juan Ferlini, Pedro Zibecchi, Amadeo Zeme, Luis Miranda y otros. El último, incluso, aparece en la misma lista que Ramón Suárez. Palabra Socialista, 15/11/1913.
¿Y de qué trata el listado? Es una lista de aportes voluntarios para erigir un mausoleo en memoria de Eduardo Varela. Aunque la publicación no lo aclara, seguramente se trata del propagandista y candidato socialista asturiano, de Oviedo, que terminó sus últimos años ciego, y murió en diciembre de 1912. Posiblemente Ramón lo conoció de mentas en su tierra natal, o quizá aportó porque se trataba de un luchador cercano a su tierra.
En definitiva, en el número 30 de Palabra Socialista, publicado el 15 de noviembre de 1913, en la página 8, figura Ramón Suárez aportando un peso para ese monumento. Poco avance para el biógrafo, pero mucho indicio.
El margen de posibilidad de que se trate de nuestro gran orador es alta, ya que se trata del mismo grupo político en el que Ramón Suárez va a figurar desde dos o tres años después. Y el aporte que otorga es grande, ya que modifica sustancialmente ese “momento borroso” en su vida, el que va desde su llegada a Buenos Aires hasta que aparece como protagonista en las luchas políticas y sindicales de 1916 y 1917.
Como ya se ha dicho en los avances biográficos sobre su vida, Ramón Suárez Picallo parece haber llegado a Buenos Aires en marzo de 1912, como él mismo afirma, pero no se en-cuentran registros de ese momento y sí se encuentra un Ramón Suárez en octubre de 1911, fecha que se acerca a la creencia de Juan Carlos Loyola (secretario de Ramón al final de su vida), según nos comentara personalmente. A partir de ese momento relativamente incierto, se suceden una serie de acontecimientos, que sólo conocemos por el relato muy posterior del protagonista y que incluyen oficios diversos y una larga internación en un hospital (producto de un “desarreglo juvenil”), aparentemente de seis meses, en la que un anarquista brasileño lo convierte a la causa de Tolstoi. Todo este periplo lo dábamos por cierto en los tres o más años que teníamos desde su llegada hasta su incorporación al socialismo, pero si Ramón Suárez ya figura vinculado a la izquierda socialista en septiembre de 1913 nos deja mucho menos margen para incluir todos aquellos acontecimientos que, como hemos dicho en otra parte, conforman la “prehistoria” de su vida pública.
De esa manera, si es válido este nuevo hallazgo, todas las tareas laborales ocasionales, las turbulencias y la internación hospitalaria habría que “insertarlas” en el corto período que va, como mucho, de octubre de 1911 a fines de 1913.
También es verdad que colaborar en una colecta por un luchador español no implica necesariamente ingresar a la militancia socialista, pero nos cuesta pensar en un obrero libertario que dona su óbolo (y su nombre) para un periódico de izquierda marxista. Ramón Suárez debe estar, en ese momento, acercándose a las nuevas ideas, quizá guiado por aquel Luis Miranda que fue luego, al igual que Ramón Suárez, uno de los más distinguidos oradores de batalla que tuvo el Partido Comunista de los años 20.
Les dejo este pequeñísimo hallazgo, que quizá no tenga valor en sí mismo sino para guiarnos, el día que podamos, en otras búsquedas. O en todo caso servirá para compartir con mis amigos de Galicia esa pasión por los nombres, que esperemos no nos extravíe.