NO EXILIO, LEMBRANDO A ESPAÑA

Desde o seu obrigado exilio en Chile,onde chegou hai xa seis anos,e nese “camiño a ningures”que representa a sua vida de exiliado, RSP ante a proxección dun documental sobre España, reflexiona, lembra e comenta as impresións que percibe ante as novas que presenta dita reportaxe (Compostela, Manolete…)

23 de octubre de 1948


REMANSO EN EL CAMINO.
ESPAÑA ANTE LOS OJOS


Por Ramón Suárez Picallo

Días pasados hemos recibido una amable invitación para ver proyectada en las pantallas de un gran cine de Santiago, películas de actualidades y documentales de España, y por aquello de que la cortesía es el arte del bien cumplir, nos fuimos a presenciar él espectáculo, sin preconceptos ni prejuicios, debidos más que nada al origen político de los que lo patrocinaban. Pues bien; tenemos que declarar, lentamente, haber pasado uno de los momentos más emocionados de nuestro largo peregrinar por los caminos del mundo. ¡Ojalá en el árido desierto espiritual de las almas que tienen tierra suya para reposar! ¡Remanso en un camino árido y largo, que por ser camino de exilio no conduce a ninguna parte! España, el nombre sagrado de las letras rotundas y sonoras, para el amor que se siente en la carne del corazón, y sortilegio… Sustantividad eterna en el tiempo y en el espacio; ayer, mañana y siempre, en la vida y en la muerte y más allá de la muerte. ¡Ahí es nada tenerla por unos minutos delante de los ojos!

B O D A

En Mallorca, clara isla mediterránea y clásica, de aguas de mar encendidas en luz, hay una boda. Los amigos del novio y las amigas de la novia, acompañan el cortejo cantándole a la pareja canciones de fecunda bienandanza. Los caminos helénicos y las arboledas a punto de revelar un viejo mito pagano, están florecidas de primavera. El alcalde místico y el cura, sencillo como un niño, repiten por multimilésima vez la frase generatriz: “Creced y multiplicaos”, para la mayor gloria de Dios y para cubrir de niños sanos y robustos las plazas, los parques y los jardines. Una añeja canción de los tiempos de Ramón Lull, sube hasta las torres catedralicias a modo de himno y de bendición. Es una boda en Mallorca.

Compostela –la docta y augusta “Campus Stellae”– aparece luego ante los ojos alampados de los que tenemos por “Alma Mater” a su Universidad, que nos hemos mojado y remojado. Platería, Gloria y la Quintana de los Muertos; que hemos escuchado, con el alma de rodillas a las 12 de la noche, las badaladas del reloj de la Berenguela, la torre más alta, más bella y más cristiana de todas las torres españolas, que hemos abrazado al Santo Peregrino, amable y bondadoso, en una bellísima imagen del siglo XII, con bordón, sandalias y veneras, sin la menor idea ni intención de convertirse en homicida, que hemos correspondido a la sonrisa del profeta –la primera sonrisa graciosa de la Edad Media anunciando el Renacimiento– con un tú para tú ante el Maestro Mateo, su creador.

La urbe ecuménica como Roma y Jerusalén, camino europeo del ir y del venir de la Cristiandad, guiados los caminantes por el ronsel estrellado de la Vía Láctea. La lluvia eterna –“Como chove miudiño, como miudiño chove, pola banda de Laiño, pola banda de Lestrove ”- haciéndole música a la leyenda florecida sobre las piedras que pisaron los pies de Dante y de Francisco de Asís y de san Rosendo de Celavona, del Cid Campeador y del Rey Sabio.

Una versión cinematográfica documental de las más hermosas que hemos visto.

MANOLETE

No fuimos, no somos ni seremos nunca amigos de los toreros, ni de las corridas de toros. Hemos nacido y nos hemos criado en tierras de labranzas y de pan llevar, donde los animales vacunos son amigos y compañeros de labrador. Por eso nunca tendremos por profesión honorable la de matar animales aptos para las nobles faenas, campesinas. Y además, por razones de sensibilidad y de cultura, no creeremos nunca que un toro –por muy valiente que sea– pueda ser una figura heroica y nacional de España; nos quedamos con Cervantes y con Lope; con Ramón y Cajal y con Torres Quevedo; con Gelmirez y con Unamuno; como con el Cid y con el Gran Capitán. Pero si no tratamos de reconocer valores permanentes humanos, tenemos que declarar que un resumen cinematográfico de la vida toreril de Manolete nos ha impresionado. En ocasión de su muerte, en la Plaza de Linares, escribimos contra la “torería” y lo seguiremos haciendo cada vez que el tema se presente. Grandeza de lo que a nuestro juicio es una profesión poco estimable.

Sobrio, elegante, triste como los personajes de su paisano Séneca, había en él una soberana y españolísima virtud: su olímpico desprecio por la vida y por la muerte. En ese orden, Manolete, será en su día estatua de belleza.

Y AHORA, LO OTRO

Por entremedio de lo dicho, hubo en el programa números indignos de ser exhibidos en elogio de España. Galia Gómez, que no es española, que quiso ser artista, ahora hace cuarenta años, no debía figurar allí, ni tampoco los incidentes y números de mal football, exhibidos donde se juega balompié muchísimo mejor. Y por último, el relator -“Speaker” si se prefiere– que es lo más malo que hemos escuchado en su género; voz mala y desagradable, lenguaje cursi y pobre y sin gracia, vacilante, torpón, y en la mayoría de los casos, sin saber nade de lo que se trataba. Ello es muy lamentable habida cuenta de que España pervive en América. Más, a pesar de eso, queremos dejar constancia de nuestra emoción por haber tenido unos minutos a España ante los ojos.

(Artigo publicado no xornal La Hora,en Santiago de Chile, tal día como hoxe pero de… 1948)

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