Tal día como hoxe, un 29 de agosto de 1947 -hai 65 anos- despois de recibir unhas cornadas o día anterior na plaza de Linares (España), morreu o mítico torero Manolete. RSP ao coñecer a noticia en Chile escribiu este artigo onde outra vez manifesta a sua oposición as touradas.
“MANOLETE”
Por Ramón Suárez Picallo
Manuel Rodríguez, de 30 años de edad, natural de Córdoba en España, la tierra sobria y austera de Séneca y del Califato, tuvo un día la infeliz idea de hacerse torero, profesión de mal vivir y de morir peor, a la que se aferraron todos los pillos, vagos y tunantes españoles, ineptos para ejercer otros oficios y profesiones más útiles, siguiendo la tradición de todos los de su oficio y clase y olvidando además su origen, se hizo “fenómeno”, propagandista y agente de la actual tiranía de su patria. Recordó que Fernando Séptimo, el más abominable de los tiranos y traidores a España, cerró la Universidad de Madrid y abrió en su lugar una Escuela de Tauromaquia, para sostener su repugnante predominio político, repitiendo el viejo grito, grato a todas las turbas de “pan y toros” y “vivan las caenas”. Con el nombre de “Manolete” recorrió España de cabo a rabo, asombrando a las ignaras multitudes con sus suertes de torero oficial. Luego vino a esta América ingenua, y en México y en Lima, fue el asombro de cientos de miles de idiotas de solemnidad, que aplaudieron frenéticamente sus pases, sus verónicas y sus quites. ¡Manilete ganaba más en una de sus fenomenales “corridas” que un sabio benefactor de la Humanidad, en todos los días de su vida! Hasta que, en Esàña misma, en Linares, histórica ciudad de la bella y dramática Andalucía de su pensamiento, se troèzó con la horma de su zapato: un bravo toro Miura, de cuernos brocos y furia hispánica que lo embistió, le traspasó las ingles y lo mandó a mejor vida en menos que canta un gallo. La muerte del torero causó gran consternación en España; se asegura que mucha más de la causada por la pavorosa tragedia de Cádiz, donde murieron varios cientos de personas honorables.
Nosotros hemos hablado varias veces en esta misma columna sobre la bárbara fiesta que deshonra a España ; y hemos dicho que en ella sólo hay un personaje simpático: el toro, al que casi siempre le toca la de perder. En este caso ocurrió lo contrario. El toro murió, pero antes mató al torero, por lo cual le ofrecemos a la familia del bravo bicho de Linares, nuestro pésame más sentido. ¡A la familia del toro, claro está!Y lo hacemos así en recuerdo de una vieja asociación de intelectuales sevillanos, que se llamó “Los amigos del toro o la parte sana de la afición”. La presidía Martínez de León (“Joselito”) que, desde el otro mundo, felicita por su hazaña al cornúpeto de Linares.
(Artigo publicado no xornal La Hora de Santiago de Chile o día 1 de setembro de… 1947)