MEUS AMIGOS OS CANS

Con motivo da mostra canina,”Exposiciòn Luft” que ten lugar en Londres RSP fala dos cans e inclínase máis por unhas razas que por outras.Aproveita para contar unha fábula nun claro alegato pola liberdade e fai uns breves comentarios sobre os cans que hai na pensión na que él reside…
30 de marzo de 1950

MIS AMIGOS LOS PERROS
Por Ramón Suárez Picallo

En los Salones Olympia de Londres va a exhibirse; en estos días, una exposición canina. Trátase de Exposición Luft, la más famosa del mundo y para la cual hay ya inscritos más de doce mil ejemplares, pertenecientes a todas las razas, tamaños, colores y características perrunas.

Tenemos a la vista un catálogo del certamen, en el que vemos con cierto asombro que los perros diminutos, ridículos e inútiles, como los “tonys” y los “pekineses”, son los que figuran con más abundancia; mientras que los nobles mastines ovejeros, enemigos del lobo que devora los rebaños, apenas aparecen con unos pocos ejemplares; los nobles “terranovas”, salvadores de náufragos, y los heroicos “san bernardo”, guías de peregrinos por las rutas nevadas de los Alpes, están también con representación muy desmedrada en la Exposición que comentamos.

En cambio, hay muchos cazadores, lebreles y perdigueros, encargados de perseguir y atrapar a inofensivas criaturas del Reino animal; y hay, sobre todo, una colección impresionante de lobos que se volvieron perros, empleados ahora como policías de los amos.

EL PERRO Y EL LOBO (1)

Cierta vez un perro mastín de casa rica se fue al monte deseoso de saber la historia, la vida y los milagros de su hermano el lobo, a quién debe aniquilar y combatir. Ni bien llegó a las primeras serranías, le salió al paso su hermano de raza, un lobo flaco y esmirriado y con la piel llena de señales de balas de rifle y de escopeta. Y entre los dos se entabló el siguiente diálogo:

EL PERRO: Querido hermano lobo, yo soy tu enemigo por orden de mi amo; pero como me das mucha lástima, quiero hacerte una proposición que selle para siempre nuestra amistad. Te veo de tan mal ver, siempre perseguido, injuriado y mal tratado.

EL LOBO: Gracias por tu bondadosa piedad; pero no olvides que una loba de la estirpe de mi madre amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Y ahora venga la proposición de que me hablas.

EL PERRO: Te propongo que dejes de ser lobo y te hagas perro. Mira mi lucido pelaje. Como todos los días carne, pan y huesos; me acaricia el amo y tengo una caseta abrigada contra heladas, lluvias y vientos. Mientras que tú –infeliz- estás hecho una calamidad de frío, hambre y flacura.

EL LOBO: Tienes razón en parte y –la verdad sea dicha- no me siento muy feliz con mi vida y condición. Y ahora, dime lealmente qué debo hacer para cambiarla por la tuya. Es decir, ¿cómo me haré perro?

EL PERRO: Pues, muy sencillo. Te vienes mansamente a la casa de mi amo, te colocas en los linderos de su propiedad y les ladras y les muerdes a todos los pobres que pasen por allí; en cambio, les haces gracias y carantoñas amables a los ricos.

EL LOBO: ¿Y cómo distinguiré a los pobres de los ricos?

EL PERRO: Sencillísimo. Los conocerás por el modo de vestir.

EL LOBO: Pero ¿Y el buenazo de Francisco de Asís, el dulce hermano?

EL PERRO: Deja en paz al pobre Francisco y hazme caso a mí: ¡Conviértete en perro!

(El lobo, casi convencido por las razones de su hermano el perro, observa en el pescuezo de su amigo ciertas señales como de mataduras).

EL LOBO: Oye ¡qué es eso que tienes en el cuello?

EL PERRO: ¡Oh! Nada pues. Es que algunas veces me ponen un collar y me atan con una cadena. ¡Nada importante en total!

EL LOBO: Hermano, eres un miserable y un desdichado. Vete de mi presencia y déjame seguir siendo lobo.

(Y cuenta la historia que al día siguiente de la entrevista, hombres y perros dieron una batida en la serranía, en la que cayó el dignísimo lobo víctima de sus hermanos los perros).

(Y que desde entonces la mayoría de los lobos se hicieron canes, para figurar como gendarmes de los amos, en las exposiciones caninas nacionales e internacionales).

ELOGIO DE LOS PERROS DE MI CASA (2)

En el hogar donde resido fraternalmente , casa cubierta y plato en la mesa, hay cinco perros; sus nombres, por riguroso orden de edad son: “La leona” vieja y sabidora, que podría ser profesora de griego y de latín; se crió con los chiquillos de la familia, a los que acompañaba al colegio. Sólo le falta hablar para ser propiamente una persona. Ella lo sabe todo y es el juicio decisivo para juzgar el carácter de los que visitan la casa. Si “La leona” les ladra, se trata infaliblemente de personas indeseables, por muy bien vestidas que vengan; si en cambio, les hace monadas y se acerca a ellos en procura de un hueso, pueden ser bohemios, algo perdularios, desordenados y discutidores, pero jamás malas gentes. Sigue luego la “Coca”, un precioso retoño de Pointer, ejemplarísima madre de familia que trajo al mundo en dos soladas diez críos por vez. La “Coca” es una joven señora canina, con el claro instinto de la maternidad; un poco atontada, pero fidelisima con su misión de dar hijos y de criarlos a sus pechos como Dios manda. Y para ella, además, como buena cazadora, reza aquel dicho: “Ave que cae y que vuela a la cazuela”.

El “Bombín” –hijo de la “Coca”– es amable y bondadoso, un poco apajaronado, desde que un automóvil le pasó por encima en la Quinta Normal. Es enemigo de toda clase de ruidos, explosiones y tiroteos, o sea, amigo del silencio fecundo y filosófico. Vienen después “Prim” y “Frutilla”, que anda ahora por los diez meses de edad. “Prim” es liberalote y algo anarquizante; se mete en la cocina, se pasa a otros lugares después, y se come cuanta cosa halla a mano; las batas de baño, las zapatillas y las medias de la ama. Es jovial y simpático y lo entiendo todo: “Frutilla” se llama así, por que es vegetariano, come duraznos, manzanas, melones y tomates con gran delectación y contentamiento. Y si encima le das arroz o cuáquer con leche, es verdaderamente feliz.

Pues bien, estos magníficos y virtuosos perros de mi casa me han sugerido que ellos no quieren alternar con los dos “Tonys” ni con los “Pekineses” de la exposición de Londres.

Y yo recojo la sugerencia agregándole el dicho del altísimo poeta: “Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mis perros”.



(Artigo publicado no xornal La Hora de Santiago de Chile o 30 de marzo de… 1950)


Notas de Edmundo Moure:

(1) Esta alegoría zoomórfica, con aires de fábula antigua, confirma una de las preocupaciones medulares de Suárez Picallo: la defensa, a todo trance, de la libertad humana.

(2) En esta casa a que hace referencia R.S.P., vivió también, siendo muy jovencita, Mercedes Corbato, asturiana, Presidenta hoy de la Agrupación Winnipeg, entidad epónima del “barco de la esperanza” que la trajo a Chile en agosto de 1939, junto a su padre, Marcelino Corbato García; a su madre, Carmen González Gutiérrez; y a su hermana, Carmina Corbato González, oriundos de Gijón… El perro “Prim” simboliza la ideología republicana y liberal de los moradores, según la propia Mercedes Corbato.

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