LIGA DE NON FUMADORES EN 1949

Hoxe en día o tabaco e a prohibición de fumar en cafeterias está dando moito que falar. En 1949 xurdiu en España unha Liga de Non Fumadores e RSP coñecedor da noticia da a sua visión ao respecto e xa adianta os males que pode causar o consumo do tabaco…

31 de enero de 1949

ANTITABAQUISMO, O A LA FUERZA AHORCAN


Por Ramón Suárez Picallo


Con el patrocinio del Gobierno de Madrid, se ha formado en España una Liga de No Fumadores. La dirige el Dr. Serrano Piqueras, fabricante de un específico que le quita, a quienes lo toman, la fea, nefanda y carísima costumbre de fumar. Distribuye millares de artículos, panfletos y dibujos en los que se narran las mil y una dolencias y alifafes , provenientes del tabaco y está creando un ambiente terrible contra los echadores de humo. En cambio se deshace en elogios a varios miles de ciudadanos “antihumistas”, que llevan, a modo de distintivo de su virtud, un botoncito en la solapa con una leyenda casi injuriosa para los fumadores.

La campaña está en pleno apogeo y su éxito, en el país más fumador del mundo, tiene asombrados a los higienistas, vegetarianos, naturistas y otros istas, enemigos jurados de Carmen la cigarrera y de su alegre industria. Pero un corresponsal de la U.P., que se dedicó a estudiar el fenómeno, sostiene que se trata sencillamente de trocar en virtud una necesidad. El milagro se debe según, a la escasez de tabaco y a su consiguiente carestía y a que el Gobierno, aún teniéndolo racionado, no alcanza a proveer a las demandas ni en una tercera parte.

Que nos perdone el corresponsal si no coincidimos con sus apreciaciones. Porque en España –lo sabemos de buena tinta- las ganas de fumar, la afición de echar humo por boca y narices es mayor cuanto menos tabaco hay allí. ¡Si lo sabrán los contrabandistas de las dos Navarras, de la frontera de Andorra y de la Línea, en las inmediaciones de Gibraltar, y los de la Raya de Portugal! Por lo demás, la inmensa mayoría de los fumadores españoles aprendieron a serlo sin catar el tabaco: las ramas de papa secas, las barbas del choclo, las hojas crujientes de la zarzamora y las de abedul, envueltas en papel de estraza o en hoja de maíz, fueron su iniciación en el pitillo. Cuanto más se le mixturaba con alguna colilla hurtada o pedida al tío o al abuelo consentidor, en cuyo caso, por cada chupada había que toser una hora.

No señor, no; en España nadie deja de fumar por no tener tabaco. Ni allí ni en ninguna otra parte. Lo que ocurre es que los españoles están entrando por el aro de la ilustración, y comienzan a escuchar las prédicas sapientísimas de sus higienistas, teósofos y vegetarianos, convencidos de que el tabaco es uno de los más grandes enemigos de la salud de las personas: las úlceras, el cáncer, la faringitis, todos los carditis a más de la angina pectoris y la bronquitis, tienen su causa principal en el cochino vicio de fumar. O, como decía el otro, el Diablo predicando el Evangelio y después vendiendo cruces.

(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile, o día 31 de xaneiro de … 1949)

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