FAME NA ESPAÑA DA POSTGUERRA

Ao exilio chileno chegan novas de España informando das dificultades que están a pasar os españois neste Nadal de 1946.

RSP recolle neste artigo moitos parágrafos ao respecto e manifesta non estar sorprendido por elo, pois tanto o “mercado negro” como o “estraperlo” son prácticas habituais entre os mandos militares e as autoridades relixiosas e négase a consumir os productos españois que chegan a Ámérica pois elo sirve para engordar os petos dos que están ao frente do pais e que están a levar á patria ao borde da fame e miseria…

27 de diciembre de 1946

HAMBRE EN ESPAÑA

Por Ramón Suárez Picallo

Edward Knoblaugh, corresponsal en Madrid de una agencia informativa, publicó días pasados un pavoroso artículo fechado en Madrid sobre el hambre en España. Se refería a la celebración de las fiestas navideñas, declarando que las de este año serían las más tristes de que España tiene memoria.

El citado periodista no es un “rojo” ni un “agitador al servicio de Moscú”, ni creemos que lo sea tampoco el diario chileno donde se ha publicado su sombría crónica, de la cual tomamos las siguientes palabras:

“La pobreza y el hambre que se han extendido por España en los últimos meses, impedirán que haya fiesta en el pueblo: unas pocas personas acaudaladas podrán mantener la costumbre española de servir grandes comidas e intercambiar costosos regalos, pero para la mayoría del pueblo español, el día de Pascua será otro día de hambre, frío y miseria, al igual que hoy y al igual que seguirán siendo muchos otros días en el futuro”.

La escasez y los precios fantásticos de casi todos los artículos necesarios para mantener un nivel de vida decente, han hecho que ésta sea una de las naciones donde hoy es más cara la subsistencia. Aunque los bien repletos escaparates de las tiendas dan la ilusión de abundancia, los precios de los artículos que se exhiben los ponen fuera del alcance de todos, exceptuando a los muy ricos”.

Agrega luego que el Gobierno de Franco, comprendiendo el “peligro explosivo que tal situación encierra, redobla sus esfuerzos para evitarlo, arremetiendo contra el mercado negro, llamado “Straperlo”, en manos de los capitostes del régimen, enriquecidos escandalosamente a costa del hambre popular”. El mismo corresponsal dice al respecto:

“Como una lección objetiva para los funcionarios venales, fueron dimitidos sin ceremonias, numerosos hombres que ocupaban altos puestos, alegándose su complicidad en el mercado negro. Uno de ellos era un general. Esas medidas podrían eventualmente aliviar la situación, pero la verdad es que no hay promesa alguna de que las cosas vayan pronto a mejorar”.

“El hambre y el extremo frío –agrega- causarán este invierno una gran mortandad entre las masas”.

La información que comentamos no nos coge de sorpresa en ninguno de sus aspectos. Sobre el mercado negro no es un secreto para nadie que lo dirige encumbrados personajes de la situación. No un general; todos los generales que tienen mando en plazas, están metidos en él, como lo están también altas autoridades religiosas. Recientemente, fue allanado el Convento de las Monjas Oblatas, en Jerez, donde se hallaron cantidades fantásticas de artículos de primera necesidad, destinados al “Straperlo”.

Ayer no más, en una información, procedente de Londres -publicada en la “La Hora”- se dice lo siguiente:

“Muchas personas, inclusive los agiotistas del mercado negro, comprenden ahora que no puede continuar la situación actual. Franco ha de tolerar que se enriquezcan en el mercado negro las autoridades militares, porque no podría mantenerse sin el apoyo del ejército, pero muchas personalidades militares que se han enriquecido lo suficiente o que son fundamentalmente patrióticas y ven que España se está hundiendo, comprenden que este Gobierno no puede poner coto a la inmoralidad administrativa ni puede reconstruir España”.

En cuanto a la mortandad, estaba también previsto desde hace mucho. Véase como: El día 2 de noviembre último -conmemoración de los Fieles Difuntos- esculpidos sobre las losas marmóreas de varias tumbas, en muchos cementerios de España, aparecieron estos tétricos renglones:

“Si no eres estraperlista,
ni militar, ni del clero:
¡Este invierno aquí te espero!”

Como se ve, el emplazamiento de los muertos sigue teniendo valor en España, como en los tiempos del Rey “Emplazado”.

Mientras tanto, las cosas que España produce, salen mundo adelante en busca de divisas, para apuntalar en el Poder a quienes lo detentan ilegítimamente. Aquí mismo, en Chile, se han vendido estos días de fiesta, productos españoles elaborados con cosas, por falta de las cuales, mueren de tuberculosis miles de criaturas en la Península: turrón de Jijona, conservas en aceite de primera calidad, aceitunas aliñadas, dulces monjiles y suculentos embutidos.

Invitados a probarlos, nos hemos negado a ello. Nos parecería mascar esqueletos de niños españoles, muertos por hambre y por angustia. Porque, sépase de una vez: todo cuanto producto comestible español se consume hoy en cualquier parte del mundo, desde las aceitunas, las naranjas, las sardinas y todo lo demás, son sacadas de las bocas hambrientas de 20 millones de españoles; y sirven, con dinero constante y sonante, para que sigan al frente de los destinos de la patria oprimida y se hagan millonarios los que la llevaron al borde de este pavoroso abismo de hambre, de muerte y de desolación.

(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile o día 27 de decembro de … 1946)

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