ESPAÑA EN 1947 ¿REINO?

RSP comenta neste artigo “o recente plebiscito (o 6 de xuño de 1947) realizado en España, previamente amañado polo Goberno de Madrid con vistas a que nel gañase o cabalo do Comisario, o Xeneral Franco, coa única autoridade da sua firma e sinatura personais, puso en vixencia a chamamada “lei de sucesión” (unha das oito leis fundamentales do franquismo que entrou en vigor 26 de xullo de 1947) , que fai de España un reino se rei…



31 de julio de 1947

ESPAÑA REDUCIDA A UN REINO
Por Ramón Suárez Picallo



En concordancia con los resultados “oficiales” del reciente plebiscito realizado en España, previamente amañado por el Gobierno de Madrid con vistas a que en él ganase el caballo del Comisario, el General Franco, con la única autoridad de su firma y rúbrica personales, puso en vigencia la llamada “ley de sucesión”, que hace de España un reino sin rey. La pintoresca ley es única en su género, puesto que una vez aprobada, promulgada y publicada, sólo entrará en vigor cuando lo estime conveniente el Jefe del Estado “por la gracia de Dios” y de Hitler y de Mussolini; o sea, cuando encuentre un rey a su gusto y a la medida de su régimen. Mientras tanto, la “ley” o lo que sea, es sólo una expectativa. Ya nos dirán como se llama “eso” los tratadistas de Derecho Público Constitucional.

Pero, por hoy, dejemos aparte tecnicismos jurídicos y pasemos por encima, incluso del plebiscito y de su desigualdad esencial –falta de libertad de palabra, de reunión, de prensa, de asociación política, con exclusión arbitraria y absoluta del derecho de votar a todos los enemigos del régimen imperante, y con la más absoluta falta de control de los escrutinios– para tratar el hecho sustantivo de convertir a España en un solo reino, reduciendo su tradición, su espíritu y su magnitud espiritual que la hicieron grande por sus pluralidades nacionales a todo lo largo de su fecunda Historia a un simple reino, inferior al menor de los cien reinos de taifas.

En este orden, el General Franco no es original. Sigue el camino trillado de todos los dictadores y tiranos de la Historia en el sentido de liquidar, matar y anular toda emoción nacional de los pueblos sobre los cuales ejercen su tiranía. Mas, en su caso, este hecho es paradojal. Él quería reconstruir el Imperio de Carlos V; ya se sabe que Imperio es un conjunto de Estados y de Naciones que se someten voluntariamente a la hegemonía de uno de ellos, sin perder por eso su personalidad política. Ejemplos, el Imperio Español de Carlos V, el Imperio Alemán de Bismarck y el actual Imperio Británico que es, como se sabe, comunidad de naciones libres

LOS REINOS DE ESPAÑA

Roma dividió a España en varias provincias según sus orígenes. Y la Edad Media las convirtió a su vez en Estados, según sus características. He aquí de acuerdo con la antigua clasificación los principales reinos españoles anteriores a la Monarquía de los Reyes Católicos, los cuales participaron en la Epopeya de la Reconquista con personalidad y ejércitos propios: reino catalán-aragonés, reino vasco-navarro; reino de Castilla, con Toledo, Murcia, Valencia y Extremadura; cuatro reinos de Andalucía y el reino de Galicia con Asturias y León.

Necesidades políticas y razones de universalidad religiosa, hicieron de Isabel Primera de Castilla y de Fernando Quinto de Aragón, los precursores de una unidad estatal, no conocida aún en la Europa de su época. Su nieto Carlos I de España y V de Alemania, dio forma concreta al más grande Imperio cristiano de todos los tiempos conocidos. Era aquel un Imperio, cuyos jefes respetaban las leyes, fueros y costumbres de los reinos que lo integraban. Y fue así como el Reino de Galicia mantuvo su personalidad representativa en su Junta soberana, hasta las Cortés de Cádiz; Cataluña hasta 1714; el País Vasco hasta 1839, mientras que Navarra, en uso de sus derechos de soberanía, acuñaba moneda por su cuenta aún en los tiempos de Fernando VII.

Por ello, aún el último rey de España, don Alfonso XIII de Borbón, Borbón y Habsburgo Lorena, en documentos solemnes, invocado su carácter de rey particular, de todos estos pueblos que libres e independientes, escribieron las más grandes epopeyas de la historia española; la reconquista de los árabes y la guerra de la Independencia frente a Napoleón.

Pero hoy, don Francisco Franco Bahamonde, de turbio origen deicida, arrasa con aquella gloriosa tradición y convierte a las viejas y gloriosas Españas plurales en un simple y único reino sometido a su voluntad dictatorial, enmendándoles la plana a los monarcas más ilustres de su país que, antes de reinar, juraban fidelidad, respeto y acatamiento a las leyes, fueros y costumbres de las naciones hispánicas en sus Cortes de origen popular.

LA TRISTE CEREMONIA

La ceremonia de reducir España a un reino sin rey, fue triste, fría y árida. Un militar desleal a su Estado, convertido en dictador de su patria, gracias a la ayuda de potencias extranjeras, puso la firma al pie de un texto ilícito e ilegal, con la intención de variar el curso de veinte siglos de la historia de su patria, completamente al margen de los principios, las formas y las normas del Derecho Contemporáneo, vigentes en todo el mundo democrático y civilizado.

España, como simbiosis espiritual y política, eterna en el tiempo y en el espacio, no tiene afortunadamente nada que ver en estos trapiches deshonestos, toda vez que en ellos no interviene ni poco ni mucho, la voluntad soberana de los pueblos que la integran; y quienes la gobiernan hoy y la convierten en un pobre reino, no pasan de ser los secuestradores y carceleros de su verdadero espíritu y de su voluntad soberana.

¿España, un reino? ¡No! España fue, es y será siempre mucho más que esa pequeña cosa que se llama reino. España es incubadora de reinos, de pueblos, de naciones y de imperios y dictadora de leyes y normas políticas y morales. ¿Lo de hoy? Es un simple episodio, obscuro, triste de su larga y accidentada historia.



(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile o día 31 de xullo de… 1947)
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