CARMEN FRANCO POLO, RAIÑA?

22 de julio de 1947

CARMIÑA PRIMERA

Por Ramón Suárez Picallo


Acabamos de leer, sin ningún asombro una información proveniente de París, según la cual el General Franco quiere hacer a su hija reina de España. El Caudillo español, tiene en sus manos todos los medios aptos para lograr tal propósito. La famosa “Ley de sucesión”, recientemente aprobada, lo faculta para darle a la Nación un rey escogido por él. Y como después del famoso lío que armó en la Península, la declaración de la Ley Sálica, el trono puede ser ocupado indistintamente por varón o por hembra –“tanto monta y monta tanto”– puede hacer al respecto lo que se le venga en gana. Él desea restablecer la monarquía. Sobre eso no existe la menor duda; pero quiere una monarquía a su imagen y semejanza, dócil a sus designios y a la continuidad de su régimen. Véase como, según la información que comentamos:
“Muy astutamente sabe, según ha ido jugando sus cartas, que a pesar de las aclaraciones que recibe de las Cortes, él no puede coronarse rey. Pero tiene una hija encantadora, Carmencita Franco Polo, quien según piensa podría ser reina de España por su matrimonio con un príncipe de la familia Borbón. Si esta unión resultara imposible debido a la intransigencia de ciertos sectores monárquicos realmente intransigentes, entonces Franco podría casar a su hija con un príncipe de familia real extranjera, que aceptaría todas las resoluciones que adoptara su suegro”.

La información es impecable, menos en un punto: la señorita Carmen Franco Polo, supuesta candidata al infantado, no tiene nada de encantadora; es feílla, esmirriada, triste y poco graciosa, y está educada en un ambiente pechoño(1) y oscuro, dirigido por beatas solteronas más feas que pegarle al padre. Con ella no van ahora, ni irán nunca, los versos famosos y jocundos de Valle Inclán, describiendo a una reina de España.

No, Carmiña Primera sólo tiene un bonito nombre de pila, muy popular en España, y especialmente en Galicia. Canciones, romances, poemas y novelas, hablan de Carmiñas y de Carmelas, dulces, generosas y románticas como el paisaje, y con las que la hija de Mandamás no tiene ningún parentesco.

Pero en España no basta un nombre de pila para ser reina; allí están los apellidos Franco, Bahamonde y Polo, oliendo a plebeyez, con su tanto y cuanto semítico. Frente a los Borbones, Habsburgo, Lorena y Battenberg, que llevan todas las de ganar, aunque sólo sea por pura resonancia. Mas, ¡quién sabe!, en España pasan cosas muy peregrinas, que hacen posible lo que parece imposible. Por eso no renunciamos a la esperanza de saludar a Carmiña Primera como reina. Lo que nunca haremos es saludar a su padre como “rey suegro” ¡Eso no, vive Dios” y mal que le pese a la “Ley de Sucesión”!


(1)pechoño, ña. 1. adj. Bol. santurrón (‖ exagerado en los actos de devoción). U. t. c. s.
(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile o día 22 de xullo de…1947)

Partillar

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *